miércoles, 20 de noviembre de 2013

La importancia de la alimentación en enfermos de fibromialgia

El cansancio y el malestar general, el dolor y la ansiedad, que sufre de forma crónica el enfermo de fibromialgia, afecta en su totalidad a su vida cotidiana y por tanto, afecta también sus hábitos alimentarios que se suelen ver alterados ( pueden aparecer graves desequilibrios nutricionales y la aparición de obesidad por la falta de ejercicio físico y mal reparto de las calorías).

Una alimentación equilibrada permite mantener un óptimo estado de salud a cualquier edad, al tiempo que le permite realizar muchas de las actividades de su vida diaria: hacer las tareas de la casa, ir de compras, realizar deporte, trabajar, estudiar , etc.
Una dieta rica en vegetales, y por lo tanto, rica en potasio, zinc, silicio y selenio y pobre en grasas y proteínas de origen animal ayuda a mantener los músculos y los tendones en buen estado y pueden ayudar a disminuir la sensación de dolor.

Los enfermos de fibromialgia deben aportar una ingesta suficiente de calcio a través de la alimentación e incluso a través de suplementos ya que una baja concentración de éste en sangre es responsable de la aparición de espasmos musculares. [...]

Es frecuente incluir en el tratamiento del enfermo el uso de suplementos de vitaminas antioxidantes como la vitamina A, C y E para combatir el estrés y reforzar el sistema inmunológico.

Alimentos recomendados:

· Alcalinizantes (ricos en potasio, calcio, magnesio y sodio). Entre los que destacan la lechuga, las endibias, escarola, el perejil, el plátano, el mijo, las almendras, el maíz, las castañas, etc.
. Ricos en ácidos grasos omega 3: pescados azules, aceite de linaza, de nuevo, de soja, de germen de trigo y de avellana.
· Frutas frescas, frutos secos y semillas (ricos en antioxidantes, calcio y ácidos grasos omega 3): manzana, pera, almendras, avellanas, sésamo, etc.
Contrariamente a lo que se piensa, las frutas ácidas-el limón, por ejemplo-no suelen ser acidificantes, ya que su digestión deja como residuos minerales alcalinos.
· Verduras y hortalizas (ricas en calcio, potasio, vitamina C, ácido fólico y betacarotenos): zanahoria, cebolla, apio, col, lechuga, pepino, etc.
· Cereales integrales (ricos en selenio, vitaminas del grupo B y fibra): trigo, avena, centeno, etc. · La soja y sus derivados (aportan proteínas, calcio, hierro, yodo, magnesio, potasio, fósforo, ácido fólico y vitaminas del grupo B).
· Algas (ricas en calcio, magnesio y otros oligoelementos que facilitan su absorción): hijiki, wakame, nori, agar-agar, kombu, arame, etc.

Fuente :
Revista de Fibromialgia y Síndrome de Fatiga Crónica

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